lunes, 30 de mayo de 2011

Josefa Mayor, alumna de 3º ESO recomienda...


Corazón indio 
Nieves Herrero
Editorial Espasa, 2010

SINOPSIS
47696_1_corazon-indio.jpgMillán es un joven de 17 años que sufre un grave accidente que le cambia la vida por completo. Este suceso obliga a que le realicen un transplante de corazón y, tras la operación, nada vuelve a ser lo mismo. Lucas comienza a tener sueños extraños, comienza a ver la vida de otra forma y a recordar imágenes que no ha vivido, pero también a personas que son verdaderamente importantes para él, naciendo en su cuerpo sentimientos como el amor. Otra alma está viviendo en él: tiene el corazón de un indio.

VALORACIÓN

Este libro me ha parecido muy interesante ya que aporta muchos datos relativos sobre los transplantes y también sobre el pueblo indio, que son termas verdaderamente fascinantes. No me arrepiento de haberlo leído, porque aunque sea largo la lectura se me ha hecho amena, tiene un argumento bastante interesante. Este libro embarca el amor con la aventura, en él se explican diversidad de cosas apasionantes que realmente te incitan a seguir leyendo.

RECOMENDACIÓN
  Este libro va dirigido, en general, para el público juvenil y le gustaría especialmente a la gente que le interese el trama, pues toda la obra es una sucesión de trama e intriga.
 

Valoración y recomendación de Josefa Mayor, alumna de nuestro centro 

miércoles, 25 de mayo de 2011

DÍA DOMINGO, cuento de Mario Vargas Llosa


DIA DOMINGO

Mario Vargas llosa


Contuvo un instante la respiración, clavó las uñas en la palma de sus manos y dijo my rápido: "Estoy enamorado de ti". Vio que ella enrojecía bruscamente, como si alguien hubiera golpeado sus mejillas, que eran de una palidez resplandeciente y muy suaves. Aterrado, sintió que la confusión ascendía por él y petrificaba su lengua. Deseó salir corriendo, acabar: en la taciturna mañana de invierno había surgido ese desaliento íntimo que lo abatían siempre en los momentos decisivos. Unos minutos antes, entre la multitud animada y sonriente que circulaba por el Parque Central de Miraflores, Miguel se repetía aún: "Ahora. Al llegar a la Avenida Pardo. Me atreveré. ¡Ah, Rubén, si supieras como te odio!". Y antes todavía, en la iglesia, mientras buscaba a Flora con los ojos, la divisaba al pie de una columna y, abriéndose paso con los codos sin pedir permiso a las señoras que empujaba, conseguía acercársele y saludarla en voz baja, volvía a decidirme, tercamente, como esa madrugada, tendido en su lecho, vigilando la aparición de la luz: " No hay más remedio. Tengo que hacerlo hoy día. En la mañana. Ya me las pagarás, Rubén". Y la noche anterior había llorado, por primera vez en muchos años, al saber que se preparaba esa innoble emboscada. La gente seguía en el Parque y la Avenida Pardo desierta; caminaban por la alameda, bajo los ficus de cabelleras altas y tupidas. "Tengo que apurarme, pensaba Miguel, si no me friego". Miró de soslayo alrededor: no había nadie, podía intentarlo. Lentamente fue estirando su mano izquierda hasta tocar la de ella: el contacto le reveló que transpiraba. Imploró que ocurriera un milagro, que cesara aquella humillación. "Qué le digo, pensaba, qué le digo". Ella acababa de retirar su mano y él se sentía desamparado y ridículo. Todas las frases radiantes, preparadas febrilmente la víspera, se habían disuelto como globos de espuma.
-Flora -balbuceó-, he esperado mucho tiempo este momento. Desde que te conozco sólo pienso en ti. Estoy enamorado por primera vez, créeme, nunca había conocido una muchacha como tú.
Otra vez una compacta mancha blanca en su cerebro, el vacío. Ya no podía aumentar la presión: la piel cedía como jebe y las uñas alcanzaban el hueso. Sin embargo, siguió hablando, dificultosamente, con grandes intervalos, venciendo el bochornoso tartamudeo, tratando de describir una pasión irreflexiva y total, hasta descubrir, con alivio, que llegaban al primer óvalo de la Avenida Pardo, y entonces calló. Entre el segundo y tercer ficus, pasando el óvalo, vivía Flora. Se detuvieron, se miraron: Flora estaba aún encendida y la turbación había colmado sus ojos de un brillo húmedo. Desolado, Miguel se dijo que nunca le había parecido tan hermosa: una cinta azul recogía sus cabellos y él podía ver el nacimiento de su cuello, y sus orejas, dos signos de interrogación, pequeñitos y perfectos.

lunes, 2 de mayo de 2011

DISCURSO COMPLETO DE ANA MARÍA MATUTE AL RECIBIR EL PREMIO CERVANTES

La escritora agradeció la concesión del Premio Cervantes con un discurso en el que habló de su gran pasión: la Literatura, y con el que quiso hacer partícipes de su "emoción, alegría y felicidad" a todos cuantos "han hecho posible este sueño" que le acompaña desde la infancia.



Ganador 3er. enigma