jueves, 25 de marzo de 2010

2010 - CENTENARIO MIGUEL HERNÁNDEZ

   Este año se celebra el centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Próximamente, en la Biblioteca de nuestro centro y en las clases, lo conmemoraremos con varios actos. De momento, dejamos una serie de enlaces para profundizar en su vida y obra, así como un poema "Tristes guerras".


ENLACES:
  • Obra poética de Miguel Hernández  (en este enlace están casi todos sus poemas):  El rayo que no cesa, Viento del pueblo, El hombre acecha, Cancionero y romancero de ausencias, Poemas sueltos (sólo falta Perito en lunas y poco más).

TRISTES GUERRAS

Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.


sábado, 20 de marzo de 2010

¿Cuál es la mejor novela de Miguel Delibes?

   El suplemento sobre libros "El cultural" de EL MUNDO ha preguntado a  distintos escritores cuál es la mejor obra de Miguel Delibes. Las elegidas son El hereje, Los santos inocentes y Las ratas. Precisamente, la segunda obra mencionada ha sido leída por los alumnos de 2º de Bachillerato. Si quieres, puedes enviarnos tu comentario sobre esta obra (pincha al final en "Dejar un comentario..."). También puedes recomendar cualquier otra obra que hayas leído de este autor (El camino, Cinco horas con Mario, etc.). 




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La selección "Delibes"

El herejeLos Santos Inocentes y Las Ratas, las preferidas entre los escritores

  • 19/03/2010 )
  •           

Gana El hereje. De la imaginación de Miguel Delibes han brotado decenas de novelas memorables, pero la selección de once escritores consultada por El Cultural ha elegido mayoritariamente la última que escribió. Y a continuación, Los Santos Inocentes y Las Ratas.


Prosa que huele a pana
Creo que Delibes es el mejor ejemplo contemporáneo del realismo literario español, el más honesto y el más riguroso. De entre todas sus obras, yo escojo Los Santos Inocentes, novela con la que quiso parcelar su territorio habitual en una dinámica narrativa que, pese a su apariencia artificiosa y resabiada, consigue emocionar mediante unos personajes que, como en todas sus obras, se muestran auténticos, conmovedores, plenamente humanos. Delibes era adicto a un realismo de la mejor ley, siempre vigente en nuestra tradición literaria, y lo practicó de una manera honesta, con una prosa que a mi me huele magníficamente a pana y a tierra húmeda, y tratando asuntos en los que se mezclan sabiamente el paisaje y la denuncia, los conflictos humanos y la caza y los aperos de labranza. Un mundo propio. Los “fragmentarios” harían bien en leerle. Juan Marsé

Denuncia de la intransigencia Confieso que como lector me gusta mucho Delibes, pero su última novela, El hereje, me apasionó, sobre todo por su lenguaje, que es muy claro y muy preciso, algo que, por otra parte, es común en su obra. En este libro en concreto se acentúa y se enriquece además por su conocimiento exhaustivo, fascinante, del Valladolid de la época, que retrata de una manera tan viva sin recargar el tono ni la sangre. Su denuncia velada de la intransigencia religiosa, su exaltación de la libertad de pensamiento resultan realmente emocionantes, tanto por su posición moral ante la sociedad que describe, como también a través de los tiempos, especialmente ante la que le tocó en suerte vivir al propio autor. El eje moral del personaje refleja lo que fue la vivencia personal del propio Delibes, su lucha por la independencia y la libertad en un momento en que sostener ambas resultaba muy comprometido, sobre todo en una ciudad de provincias, y siendo además director de un periódico, donde la censura y la violencia soterradas eran allí más que visibles. Todo eso acaba decantándose en El hereje, una de las novelas esenciales del siglo XX. Francisco Brines

Tradición sin ñoñería
Leí Las Ratas cuando se publicó, en 1962. Se trataba de un momento de mi vida muy formativo en lo literario, muy activo y absorbente. En aquelllos años la Literatura española se adentraba en la experimentación, y Delibes representaba el último reducto de una tradición alejada de toda ñoñería. El último heredero, que no refrito, de la Generación del 98. Las Ratas, quizás por su sencillez, y porque yo andaba por Valladolid en aquel momento, me cautivó, y aún lo hace. Eduardo Mendoza

Transparencia milagrosa
Los Santos inocentes es la novela que más me gusta de Miguel Delibes por varias razones. Para empezar por sus transparencia en el lenguaje, en los personajes, en el argumento y el ambiente. Esa transparencia milagrosa de los viejos relatos de siempre. Pero también por la profundidad humana que hay en cada página, por la contención emotiva con que el autor maneja esa explosión de sentimientos para lograr convertir en un susurro lo que en el fondo es una resonante diatriba moral. Una razón más es la maestría que demuestra en el dominio de la trama. En una palabra, me gusta por sus esencialidad, como la de El LazarilloLa muerte de Ivan Ilich o La Metamorfosis. Esas obras que parecen tan necesarias y acabadas como lo puede ser cualquier criatura de la naturaleza: un pez, un aguacero o una flor. Luis Landero

Ante los prejuicios y el miedo De toda la espléndida producción de Delibes me quedo con El hereje porque es una vuelta a lo que se llamó la novela religiosa, esa novela de contenido trascendental y temática religiosa que tiene tanto que ver con la historia de las religiones, la intolerancia y la libertad personal. Me interesa su extraordinaria ambientación de la Valladolid del Siglo de Oro. Pero lo que la hace única es su apuesta valiente, intemporal, por el hombre frente a los prejuicios y los miedos, realizado además con un lenguaje único. Porque quizá lo que distingue a Delibes de los demás escritores sea precisamente la agilización del idioma frente a quienes, como Cela, lo detenían, sin que esa agilización impidiese que al mismo tiempo conservase y defendiese y gozase de viejos localismos con una prosa muy limpia, flexible, y también muy popular. Muchos de quienes no han leído apenas o jamás si recuerdan con alegría la lectura de un Delibes que les hizo felices. Álvaro Pombo

Satisfecho al fin Descartada mi admiración por el conjunto de su obra, desde el punto de vista del lenguaje, mis libros preferidos de Delibes son Las ratas y El camino, que me gustan igualmente, y puesto a tener que elegir, elijo El Camino, por ser un texto abierto con una especie de ingenuidad interna que reelabora un signo de valor universal y que representa dentro de su carrera de escritor su primera madurez. En una ocasión le oí desechar sus primeros libros como avergonzado de ellos; pero se detuvo ante El Camino, de 1950, que creo era su primera novela con la que estaba plenamente satisfecho. Luciano G. Egido

La lucha de los hombres De todos los de Delibes, Las ratas es el libro que prefiero. Por varias razones. La primera, de tipo tal vez sentimental, tiene que ver con el influjo formativo que el referido texto ejerció sobre mí cuando yo era un sencillo adolescente deseoso de convertirse en escritor. Recuerdo haber aprendido leyendo ese libro la palabra “desmochado”, que figura en la segunda frase, y otras muchas que no se usaban ni se usan en mi espacio lingüístico. Contiene, además, elementos narrativos a los que sigo profesando gran afición. Uno de ellos, que la literatura actual menosprecia, es la descripción de paisajes, con sus plantas, animales, características orográficas y fenómenos meteorológicos nombrados con precisión y no poca poesía. Otro de dichos elementos es la lucha de los hombres por la supervivencia combinada con el drama, que en el caso de Las ratas no elude los tonos crudos. Añadamos la presencia de un niño en el elenco de protagonistas y, en lo que a mí respecta, yo ya me siento literariamente en casa. Fernando Aramburu

Territorio Delibes Tomarlo libro por libro empequeñece, a mi juicio, la grandeza de su obra. Hay autores que se explican por acumulación y sedimento de la obra de toda una vida. Ése es Delibes. El territorio complejo, vasto, aquél en el que los lectores se integran de una manera gozosa y total, está en el conjunto de su obra. Delibes es todos sus libros: porque el último Delibes sólo se entiende con el primero, y el segundo... y todos sus libros. Ese mundo suyo, la familia, la vida rural, la historia (aquí, sí, puedo destacar El hereje), la naturaleza, la lucha contra la intolerancia... ese lenguaje sencillo y ese hombre bueno y honrado que hay detrás, proyectado sobre su vida y la nuestra, han hecho de Delibes el clásico vivo que ha sido. Arturo Pérez Reverte Sabrosa sequedad Delibes me ha acompañado siempre. Su novela más importante para mí es Los Santos Inocentes, por su carácter de denuncia social que no abunda precisamente en la Literatura actual. También por su lenguaje de precisión, limpieza, naturalidad y honestidad, sus firmes raíces castellanas, su soledad y su sabrosa sequedad. Y por la absoluta falta de exhibicionismo, ése que, sin embargo, sí prolifera mucho hoy día. Lo que Delibes ofreció en las páginas de Los Santos Inocentes la exhibición de una sociedad caduca e injusta que debía haber visto muy de cerca, que tuvo que haberle herido mucho. La verdad, me caía muy bien el tipo. Ramiro Pinilla

Espléndido castellano
Estimaba muchísimo a Delibes, del que siempre recordaré un puñado de anécdotas formidables cómo, cuando, en uno de esos encuentros que organizaba el entonces invencible Cela en Formentor, el autor de Las ratas le dijo que hablaba como un diputado. Lo he leído siempre con deleite. Por eso me cuesta tanto elegir un solo título. Aunque, si no tuviese más remedio, sería El hereje. Conozco las actas del proceso real en el que se basó y el resultado es magnífico, por su espléndido castellano, su recreación de esa Valladolid tiznada de prejuicios y miedo, la solidez de la historia y la estructura de una narración absolutamente ejemplar, que reivindica además el drama de los perdedores de la historia de España. Juan Goytisolo

La herida de la ausencia Mi libro predilecto de Miguel Delibes es Señora de rojo sobre fondo gris, en el que con pocos y muy precisos trazos el pintor/autor revive a su mujer muerta. Logra ese prodigio ahondando en la herida de su ausencia y porque, como los maestros antiguos, sabe aplicar y a la vez aplacar el dolor en la propia obra. Julián Ríos
 

martes, 16 de marzo de 2010

Elogio de la lectura, por José Antonio Marina




ELOGIO DE LA LECTURA

José Antonio Marina

Me sería muy fácil hacer un apasionado elogio de la lectura. Contar y cantar sus maravillas. Caí bajo su hechizo cuando era adolescente, y aún continúo gozosamente sometido a su influjo. Pero no voy a hacer una alocución para los convencidos. No voy a animar a la lectura a los que ya son lectores. No me dirijo a alumnos, ni a padres, ni a docentes, sino a los ciudadanos andaluces. Hoy me gustaría convocarles a una gran movilización en favor de la lectura. Y hacerlo seriamente, dramáticamente incluso, porque leer no es un lujo ni una satisfacción privada. Es, ante todo, una necesidad social, de la que va a depender la calidad de nuestra vida y de nuestra convivencia. Ya sé que vivimos en tiempos de nuevas tecnologías, que ponen el mundo entero al alcance de un click. Pero esas maravillosas posibilidades resultarán inútiles si no sabemos aprovecharlas. Un burro conectado a internet sigue siendo un burro y, por ello, lo que necesitamos es que delante de las pantallas de los ordenadores haya gente ilustrada, culta, lectora, capaz de internarse animosamente por los espléndidos caminos del lenguaje, da lo mismo que sea a través de las líneas electrónicas o de las líneas de un libro.

La lectura nos permite acceder a la cultura, que no es otra cosa que la experiencia de la humanidad, sin la cual caeríamos en un primitivismo zafio. Pero, además, es la gran herramienta para mejorar nuestra relación con el lenguaje. Y este es un asunto de gran envergadura, porque nuestra inteligencia es lingüística. Pensamos con palabras, nos entendemos con palabras, hacemos proyectos con palabras. No sólo hablamos con los demás, sino que continuamente hablamos con nosotros mismos, nos explicamos nuestra vida, comentamos lo que nos pasa, gestionamos nuestra memoria haciéndonos preguntas. Mantenemos un permanente diálogo con nosotros mismos, hostil o amistoso, y sería bueno que no fuera destructivo ni deprimente, sino que nos diera fuerza y claridad. Todavía hay más hay más: también nuestra convivencia es lingüística. Vivimos entre palabras, nos entendemos o malentendemos gracias a ellas. Necesitamos saber expresar nuestros sentimientos, defender nuestros puntos de vista, comprender a los demás. Cuando el lenguaje falla, la violencia aparece. Y no hay mejor médico, que la lectura para adquirir esos mecanismos lingüísticos que son imprescindibles para una vida verdaderamente humana.

Por último, la calidad de la democracia también depende de la lectura. Lo primero que hacen los dictadores es censurarla, prohibirla o, al menos, disuadir de ella, porque saben muy bien que la lectura es el gran enemigo de la tiranía. Cuando no se sabe comprender un argumento, o se siente la pereza de buscar información, o se vive pegado al televisor, se acaba sometido a la sugestión del grito, la consigna, el clip publicitario, el convencimiento fácil, el insulto. Y todo esto es la antesala de la sumisión.

Por eso, mi llamada a los ciudadanos andaluces, mi invitación para que colaboren en esta movilización, no quiere limitarse a recordar que leer es un placer, que estimulará la fantasía, que les permitirá hacer navegable su alma, sino que aspira a hacerles reflexionar sobre la trascendencia social de la lectura. Necesitamos una democracia de lectores, necesitamos mayorías ilustradas, necesitamos recuperar la sabiduría de vivir, el sentido de la historia, la comprensión de nosotros mismos y de nuestros sentimientos, cosas que sólo los libros nos proporcionan. Las imágenes son emocionantes, conmovedoras, pero mudas. Solo las palabras, el discurso, permite captar su sentido, serenar la pasión mediante la idea, encontrar un acuerdo que no sea una rendición, iluminar el mundo y su memoria.

La lectura es la vanguardia de la libertad.

Por eso le dedico este elogio apasionado.



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Este manifiesto fue escrito por José Antonio Marina con motivo del Día de la Lectura en Andulucía (2007). 

viernes, 12 de marzo de 2010

Muere el gran escritor Miguel Delibes

Muere Miguel Delibes a los 89 años


ENLACES:
ESPECIAL EN EL MUNDO , EL PAIS Y ABC SOBRE EL ESCRITOR: SU VIDA, SU OBRA, SUS PERSONAJES
ENTREVISTA AL ESCRITOR (2006)
UNA VIDA EN IMÁGENES (de EL PAÍS)
REACCIONES (EL PAÍS)
CINCO NOVELAS DE MIGUEL DELIBES: La sombra del ciprés es alargada, Las ratas, Cinco horas con Mario, Los santos inocentes y El hereje (de ABC)


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NOTICIA: MUERE EN VALLADOLID A LOS 89 AÑOS
[ARTÍCULO EXTRAÍDO DE EL MUNDO]
  • En 1998 publicó su última novela tras ser operado de un cáncer de colon
  • La capilla se instalará a as 12.00 en el Ayuntamiento de Valladolid
  • El ministro de Educación pide que se le recuerde como 'una buena persona'
  • La defensa de la naturaleza y el arte de la caza han sido sus pasiones
Miguel Delibes, maestro de periodistas, académico de la Lengua yescritor premiado con los máximos galardones de las letras españolas, el 'Príncipe de Asturias' y el 'Cervantes', ha fallecido a los 89 años tras una larga enfermedad en su casa de Valladolid rodeado por sus familiares más cercanos.
La salud del Premio Cervantes, que desde ayer estaba inconsciente, se había agravado drásticamente en las últimas horas, motivo por el cual sus hijos cancelaron todas sus actividades para estar cerca de su padre.El rey Juan Carlos llamó a su domicilio para interesarse por el escritor.
"Una novela requiere, al menos, un hombre, un paisaje, una pasión"
Desde que este jueves se supo que el empeoramiento de la salud de Delibes -operado de cáncer de colon en 1998, nada más publicar 'El hereje', su última novela- podía ser irreversible, el Ayuntamiento de Valladolid se puso en contacto con la familia del escritor para ofrecerle la ayuda necesaria.
En este sentido, la capilla ardiente del escritor ha sido instalada en la Casa Consistorial de su ciudad natal, en la que ha desarrollado su vida profesional e intelectual, como catedrático de Derecho Mercantil, periodista y director de El Norte de Castilla, y novelista.
"Estoy olvidándome de lo que he escrito. El mismo día que entregué a la editorial 'El hereje', me diagnosticaron un cáncer de colon. A partir de entonces de lo único que me he ocupado ha sido de mi salud. Ahora, lo que me preocupa es sobrevivir, éste es mi proyecto más sincero para el futuro". Y no fue poco. Y lo ha hecho durante casi 12 años más conviviendo con la enfermedad.
Miguel Delibes Setién, nacido y convencido vallisoletano nació en 1920. Se licenció en Derecho e Intendencia Mercantil. Fue empleado de banca y trabajó también como caricaturista. Durante varios años dirigió el diario 'El Norte de Castilla', y precisamente estando en el periódico recibió la noticia de que había resultado galardonado con el Premio Nadal por su obra La sombra del ciprés es alargada. Era el año 1948, Delibes contaba entonces 26 años, y en ese momento se decidió a iniciar la que habría de ser una brillante carrera literaria.
Posteriormente reconocería que fue este primer galardón el que le impulsó a escribir. Como creador, Delibes se encontraba dentro de la línea de escritores para los que la novela debía ser de alguna manera un reflejo de la vida. Según sus palabras, "una novela requiere, al menos, un hombre, un paisaje, una pasión"; sin ellos, decía, "no puede haber una novela".

Escritor y hombre apasionado

La defensa de la naturaleza y el arte de la caza han sido, además, dos pasiones que le ocuparon a lo largo de toda su vida. En cuanto se refiere a su técnica y estilo, los estudiosos de la obra de Delibes distinguenvarias etapas: una primera, caracterizada por la abundancia de descripciones y la utilización de unos esquemas narrativos marcadamente tradicionales.
No perdonaba perder su siesta y pasar la tarde rodeado de sus ruidos domésticos
Una segunda, en la que depuró su lenguaje dotándolo de gran agilidad, percepción y sencillez; y una tercera, en la que el escritor se sumergió en un mundo más simbólico, singular y personal, de planteamientos más complejos, para desarrollar temas como la deshumanización del hombre contemporáneo y la crítica de la literatura desde la propia literatura, utilizando para ello los más variados recursos de la experimentación novelística.
Entre los más de cincuenta títulos que ha publicado se cuentan: El camino (1950), Mi idolatrado hijo Sisí (1953), Diario de un cazador (1955), Diario de un emigrante (1957), Las ratas (1962), La hoja roja (1962), Cinco horas con Mario (1967), La parábola del náufrago (1970), El príncipe destronado (1973), Las guerras de nuestros antepasados (1975), El disputado voto del señor Cayo (1978), Los santos inocentes (1981), Madera de héroe (1987), Mi vida al aire libre (1989) y El hereje (1999).
Académico de la Lengua desde 1974, obtuvo en 1984 el Premio Libro de Oro concedido por la Asociación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros. Es también Premio Nacional de Literatura, Premio de la Crítica (1962), Premio Castilla y León de las Letras, Premio Ciudad de Barcelona y Premio Cervantes. El Nobel le ha esquivado en varias ocasiones.
Lo sentía, hablaba de él mismo como el Nobel olvidado. Ya se empezó a insistir en ello desde hace más de una década y desde hace más de una década no dejaba Delibes de repetir: "Es un latazo porque todo lo que tiene de honorífico lo tiene también de jaleo por las fiestas, honores, entrevistas en 50 idiomas, viajes y exhibiciones que lleva consigo el galardón".

Su convalecencia

Y desde el día en que le operaron convalecía. Una convalecencia que le había ido permitiendo su paseo matutino por las céntricas calles de su Valladolid natal, una ciudad en la que vive y sobrevive ("soy como un árbol que crece donde lo plantan"). Tampoco perdonaba perder su siesta y pasar la tarde rodeado de sus ruidos domésticos.
Para Delibes la novela debía ser de alguna manera un reflejo de la vida
A su parecer, fue "debidamente valorado y reconocido" por los lectores y los críticos desde que empezó a escribir. Y es que desde que en 1947 recibiera el Nadal ha conseguido el Premio de las Letras Españolas, el Cervantes, el de Castilla y León de las Letras, el Príncipe de Asturias, el Ciudad de Barcelona, el Nacional de Narrativa y un sinfín de galardones.
"Una inesperada y terrible desgracia familiar me ha tenido casi dos meses apartado del campo. Durante este tiempo es cierto que ni el campo, ni ninguna otra cosa que no fuera mi propia angustia, ha tenido sentido para mí. Y sin embargo hoy, compruebo que mi dolor, tras una jornada de paseo soleada y suave, se ha serenado, se ha hecho menos crispado, aunque seguramente más profundo".
La muerte de su mujer, Angelines de Castro, con la que había tenido siete hijos, sumió a Delibes en una profunda depresión.Murió "mi equilibrio". De ella dijo Julián Marías: "Con su sola presencia alegra la pesadumbre de la vida".
Su ausencia le dio cierta pesadumbre a la vida de Delibes. La ausencia de éste sume en la pesadumbre algún capítulo de la vida de todos sus lectores.

martes, 9 de marzo de 2010

Concha Bastida y Mari Carmen Barceló, profesoras de Lengua y Literatura, recomiendan...

El informe de Brodeck
Philippe Claudel

Editorial Salamandra, Barcelona, 2008.
282 páginas. 18 euros.

SINOPSIS
En un pequeño pueblo perdido de la frontera alemana se ha producido un asesinato y todos los hombres de la localidad se confiesan culpables. Todos menos Brodeck, quien recibe el encargo de realizar un informe sobre lo sucedido. Al mismo tiempo, el protagonista escribirá el relato de su vida, revelándose las circunstancias adversas que la han rodeado.

VALORACIÓN
En situaciones límite, el miedo provocará las pasiones más bajas y vergonzosas del ser humano (envidia, odio, traición, adulterio, delación...). Una novela dura que se adentra en las profundiades del ser humano y nos hace reflexionar. El autor, muy conocido en Francia, recibió el premio Goncourt des Lycéens de 2007 con esta obra.

RECOMENDACIÓN
Recomendado para adultos.

Concha Bastida y Mari Carmen Barceló, profesoras de Lengua y Literatura del IES SANJE


CITAS DEL LIBRO:
Me llamo Brodeck y no tuve nada que ver.
Necesito decirlo. Tiene que saberlo todo el mundo.
Yo no hice nada y, cuando me enteré de lo que acababa de pasar, me habría gustado no hablar nunca de eso, maniatar mi memoria, tenerla bien sujeta en sus ligaduras para que estuviera tranquila, como una garduña en una jaula de hierro.

La noche había extendido su manto sobre el pueblo como un carretero su capa sobre las últimas brasas de una hoguera de camino.

Siempre me ha costado un poco hablar y expresar lo que bulle en mi cerebro. Prefiero escribir. Escribiendo, tengo la sensación de que las palabras se vuelven dóciles, de que vienen a comer de mi mano como pajarillos y hago con ellas casi lo que quiero, mientras que cuando intento juntarlas en el aire se me escapan. Y la guerra no arregló las cosas. Me volvió aún más callado.

Mi pequeña Poupchette... Algunos te dirán que eres la hija de nadie, que eres la hija de la vergüenza, que eres la hija del odio y el horror. Algunos te dirán que eres la hija abominable nacida de lo abominable, que eres la hija de la deshonra, deshonrada ya mucho antes de nacer. No los escuches, por favor, hija mía, no los escuches. Yo te digo que eres mi hija y que te quiero. Te digo que a veces del horror nacen la belleza, la pureza y la gracia. Te digo que soy tu padre y siempre lo seré. Te digo que a veces las rosas más bellas brotan de una tierra inmunda. Te digo que eres el alba, el mañana, todos los mañanas, y que lo único que cuenta es que eres una promesa. TE digo que eres mi suerte y mi perdón. Te digo, mi Poupchette, que eres toda mi vida.


jueves, 4 de marzo de 2010

Jesús Salvador, profesor de Matemáticas, recomienda...

El diablo de los números
Hans Magnus Enzensberger





Editorial Siruela, Madrid, 1998.
264 páginas. 14 euros
 [Se puede leer gratuitamente en la red: ver abajo]
SINOPSIS
Esta obra trata de hacer comprender las matemáticas a un chico que las odia. Se le aparece en sueños un duendecillo que le irá explicando de una manera fácil varias propiedades y simetrías de los números.  Tiene un final feliz: después de ocho sueños, el chico empieza a comprenderla las matemáticas y a amarlas. 

RECOMENDACIÓN
Aconsejo esta novela, por su contenido matemático, a los alumnos que hayan terminado 3º de ESO, pero cualquiera al que le guste la lectura puede comprender las matemáticas que describe.  

Jesús Salvador,
profesor de Matemáticas del IES SANJE







ENLACES:

  En el siguiente enlace puedes leer el libro completo con bonitas ilustraciones: 

martes, 2 de marzo de 2010

El valor de la lectura: fragmento de una novela de Miguel Delibes

En el siguiente fragmento, escogido por Mari Carmen Barceló, 
se elogia  la lectura  y el amor al libro:

[...] Una mujer como ella podría haberse desenvuelto bien en cualquier actividad que requiriese imaginación, ritmo y sentido de la armonía. Pero odiaba la rutina y fue inconstante en sus estudios; un día se cansó y dejó la carrera a la mitad. Le aburrían los libros de texto. Amaba el libro, pero el libro espontáneamente elegido. Ella entendía que el vicio o la virtud de leer dependía del primer libro. Aquél que llegaba a interesarse por un libro se convertía inevitablemente en esclavo de la lectura. Un libro te remitía a otro libro, un autor a otro autor, porque, en contra de lo que solía decirse, los libros nunca te resolvían problemas sino que te los creaba, de modo que la curiosidad del lector siempre quedaba insatisfecha. Y, al apelar a otros títulos, iniciabas una cadena que ya no podía concluir sino con la muerte. Sentía avidez por la letra impresa. Fue ella la que me aproximó a los libros, a ciertos libros y a ciertos autores. En realidad, me abrió las puertas de ese mundo.


Señora de rojo sobre fondo gris (1991)
Miguel Delibes



lunes, 1 de marzo de 2010

NOTICIAS: Esta semana, en Cajamurcia, conferencias de Rosa Montero, César Antonio Molina y V.Molina Foix


Literatura

Conferencias de Rosa Montero (1 de marzo), César Antonio Molina (2 de marzo) y V.Molina Foix (3 de marzo) en Cajamurcia


El Aula de Murcia de Cajamurcia (Gran Vía, 23) acoge el ciclo 'Voces de la literatura de hoy' que, coordinado por el catedrático José María Pozuelo Yvancos, comienza hoy con la conferencia de la periodista y novelista Rosa Montero, quien hablará de su último libro, 'Instrucciones para salvar el mundo'. Mañana será el turno de César Antonio Molina, ex ministro de Cultura y ex director del Instituto Cervantes. Su última novela se titula 'Lugares donde se calme el dolor'. Vicente Molina Foix, Premio Herralde y Premio Nacional de Literatura por su libro 'El abrecartas', cerrará el ciclo el próximo miércoles 3 de marzo.

VOCES DE LA LITERATURA DE HOY
Autores y fechas: Rosa Montero (hoy, 1 de marzo), César Antonio Molina (2 de marzo) y Vicente Molina Foix (3 de marzo)
Lugar: Aula de Cajamurcia, Murcia
Horario: 20.00 horas
Entrada libre
Página web oficial de la autora: obras, textos, noticias, etc.


Ganador 3er. enigma